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domingo, 14 de febrero de 2010

El rencor


La vida es un cumulo de circunstancias y experiencias. Muchas de ellas buenas, otras no tanto y algunas malas o muy malas. La mente actual tiene una terrible tendencia a tomar en consideración solamente lo negativo. Nos olvidamos de aquellas cosas que tenemos, que son buenas y que solo valoramos cuando las perdemos: la salud, la amistad, el hogar, el poder practicar tu hobby preferido...
Nos pasamos el día pensando en un mal gesto del vecino, una mala palabra del compañero, una mirada desafiante de la pareja... y permanecemos todo el día pensando en ello. Y cada vez que repetimos el pensamiento, subimos un grado el enojo, la tensión, la ansiedad... Hemos perdido la capacidad de perdonar. No sabemos dejar lo desagradable atrás y valorar aquellas cosas buenas que nos da la vida. Es como el pastor al que el lobo de arrebata una de sus 100 ovejas, sale a su caza y olvida las otras 99. Y las pierde.
La persona que no sabe, puede o quiere perdonar y olvidar esta condenada. Esta condenada a cargar el resto de sus días con un pesado lastre: su pasado. O mejor dicho, las cosas desagradables del pasado.
Siempre hemos de aprender de nuestro pasado, de nuestra experiencia... pero no podemos permitir que una circunstancia negativa oculte todo lo bueno que hemos vivido.
A veces, la situación llega a ser tan complicada y tan neurótica, que la persona se convierte en obsesiva... Ve aquello que quiere ver y que no es otra cosa que el reflejo de la experiencia negativa... y la mente comienza a dar vueltas y vueltas... y la persona se convence...y no puede liberarse del pensamiento... y la persona se pierde... y pierde su presente y su futuro.
No hay mayor maldición que no tener capacidad de perdón y olvido. Esa persona esta condenada a permanecer el resto de su vida repitiendo y repitiendo sus recuerdos desagradables. Como un bucle eterno.
A corto o medio plazo estas personas están condenadas a la soledad, pues su visión de la existencia es triste y negativa. Nadie quiere esta con ellas, pues solo transmiten oscuridad y victimismo.
Como tuve una mala experiencia en el trabajo anterior, en este seguro que me va a ocurrir igual... siempre van contra mi... la gente me envidia y odia... yo y solo yo soy lo valido. Y como la persona espera encontrar esto... porque no ha podido olvidar la experiencia anterior... acaba propiciándolo. Y su mente le hace ver que la escena se vuelve a repetir... una y otro vez...
Seamos conscientes de lo que tenemos. Aprendamos de los errores y vivencias, ya sean buenos o malos, pero soltemos nuestros lastres... no nos aferremos a la oscuridad del rencor y el odio... caminemos hacia el presente y futuro. No merece la pena pasar nuestra fugaz vida pensando en lo que me dijo o me hizo alguien. Ya aprendí, pero sin rencor.
Perdona y crece.

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