Cierta vez un hombre muy rico cayó en cama por una enfermedad incurable, los mejores médicos reconocidos internacionalmente lo trataron y buscaron en vano la cura de su enfermedad. Todos sus familiares al saber que su amado ser moriría y que tristemente le quedaban ya pocos días de vida decidieron reunirse y compartir sus últimos días con él.
El hombre consciente de la situación tomó aire y dijo - Deseo que mi ataúd sea cargado por los mejores médicos que me han tratado. Deseo que todos mis tesoros sean esparcidos por el camino hasta mi tumba, y por último deseo que mis manos queden en el aire fuera del ataúd.
Uno de sus familiares presente más asombrado pregunto cuáles eran sus razones. A lo que el hombre respondió - quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para demostrar que ellos no tienen ante la muerte el poder de curar, quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí se quedan, y quiero que mis manos queden descubiertas, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, al morir nada material te llevas.
"El tiempo" es el tesoro más valioso que tenemos, podemos producir más dinero, pero no más tiempo.
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