Pareciera que todos son dueños de sus vidas.
En cambio son pocos los que son verdaderamente, dueños de sus propias vidas.
Y ésta es la causa de muchas tristezas, depresiones, descontentos, ansiedades y angustias.
Tenemos la impresión de que no llevamos las riendas de nuestra propia existencia. Y eso no nos gusta.
Sentimos que nuestra vida está en otras manos y que no la dirigimos como verdaderos dueños.
Aduéñate de tu vida.
Es tan importante y consolador que bien merece el esfuerzo.
Si esperas que los demás decidan por ti.
Si culpas a otros por tus errores y desgracias.
Si no te conoces, amas y respetas de verdad a ti mismo.
NECESITAS URGENTEMENTE ADUEÑARTE DE TU VIDA.
Cuanto más dueños nos sentimos de nuestra propia vida, menos necesitamos imponer, dirigir y controlar a los demás.
Un maestro de la antigüedad ya escribía hace cientos de años:
“Si yo no me pertenezco a mi mismo, entonces ¿quién puede pertenecerme? Y si soy únicamente para mí mismo, entonces ¿qué soy?”.
Y si todo esto no lo hago ahora, ¿cuándo?
Muchos piensan que sintiéndose pobres, sumisos, débiles, humildes...
los demás los amarán más y aceptarán mejor.
Muchos piensan que sintiendo y pensando como los demás, son mejor aceptados por ellos.
Muchos piensan que siendo dueños de sus vidas, con verdadera libertad interior, se sentirán aislados y nadie los ayudará, olvidando que cuanto más dueños somos de nuestras vidas, más damos y mas recibimos.
Muchos piensan que hacen un gran favor y obsequio estimable al otro, cuando dicen: “Sin ti mi vida es nada. Sin tu amor no soy nada”.
Si es así, el único que vale es el otro.
Ellos sólo le ofrecen lo que son: nada.
ADUEÑATE DE TU VIDA.
Empieza a pensar por ti, a sentir por ti, a decidir por ti y asumir las consecuencias de todos tus actos.
Es la única manera de que tu vida sea realmente tuya.-
Darío Lostado
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